lunes, 5 de enero de 2015

¿Y si fuese verdad? (Actualizado)

Para empezar, no soy sedevacantista, ni neocon, ni apocalíptico, ni seguidor de profecías.
Aunque algunas profecías sean fascinantes, aunque hay que estar atento a los signos de los tiempos y vigilantes con las lámparas encendidas, aunque mi formación es básicamente el Catecismo y el Magisterio, aunque la hipótesis de Antonio Socci me parece, a un punto, razonable. Quizás indemostrable, pero sus conclusiones son razonables.
Desde que asumió el papado el Cardenal Bergoglio, se despertaron en mi ciertas luces de alarma... que no se apagaron. Me llamó demasiado la atención la obsecuencia, el deslumbramiento, la papolatría de algunos. Sobre todo de aquellos que nunca les importó la Iglesia o el Papa, desde dentro de ella o desde fuera, siempre para atacarla o criticarla.
Y había que conocer a Francisco para tener una opinión formada. Llegaron (al fin) publicados sus sermones en Santa Marta, la Evangelii Gaudium (no cuento la Lumen Fidei porque el contenido ya estaba realizado), sus primeros viajes (Hagan lío!), sus audiencias.
Y siempre deslumbraba su persona. Y se desdibujaba Dios. Y Cristo. Y la Iglesia. Tapados bajo una luz que sólo parece iluminar a Francisco. Un Papa que no nombra mucho ni a Dios ni a Jesús cuando no le conviene.
Si me quedaba en "los gestos", o en que "es un gran comunicador", no me alcanzaba. Se fueron sumando reportajes a quemarropa, intervenciones, más "gestos", sus retos, denuncias, quejas, demandas hacia "los cristianos", sus amistades (es libre, obvio) para con judíos (respetables), musulmanes (siempre hay que dialogar, de alguna forma), pentecostales (...), y las cosas me seguían sin cerrar.
Pero desde mi fe estoy muy seguro que Cristo siempre sostendrá a la Iglesia.
Hay quienes hablan de la posibilidad de un cisma, luego del próximo Sínodo, si no es antes.
Pregunto: ¿Y si fuese verdad?

Hay quienes sostienen que un cisma quedaría hoy desapercibido para la mayoría de los creyentes. Puede ser. Para que no suceda la fe católica debería ser lo suficientemente vivida, entendida, aprovechada, clarificada, tal que uno sepa qué es ser católico y qué no es ser católico. Yo a veces pongo de ejemplo con un club de fútbol: si juego para un equipo A, en primera división, y para un partido me quisiera poner la camiseta del equipo B, y no me dejan, puedo chillar, puedo quejarme de ser "discriminado", pero no podría negar que soy yo el no está actuando según las reglas de mi club.
Creo que en un análisis general una primera cuestión es ésta: saber distinguir y comprender la fe católica, para poder defenderla y hacerla vivible y comprensible a todos (por suerte, la apología está en marcha abiertamente).
Y éste es un error en muchos católicos: creer que fuera de toda la hermosa y rica Tradición de la Iglesia hay cosas mejores de las que aprender. Ejemplos sobran. Cuento algunos.
  • la música católica está impregnada por músicos protestantes, que centran toda la fe en una relación directa y espiritual con Jesús, eliminando a la Iglesia de en medio.
  • sermones de curas "católicos" que olvidan la multitud de santos y beatos, que ya la Iglesia los ha considerado ejemplos de vida (si fuera sólo por eso y no por su imitación a Cristo) y colocan de ejemplos personalidades que lejos están del corazón católico (Gandhi, Luther King, Mandela entre los más notorios, nadie niega que honorables por algunos de sus logros que tapan otros aspectos de sus vidas bastante más desafortunados).
  • enseñanzas "católicas" de catequesis basadas en cuentos y leyendas hindúes, budistas, chinas, donde la sabiduría que destilan dejan a años luz de distancia la teología de los Padres de la Iglesia.
  • Dentro de esta categoría, ya he comentado antes la visita del Papa Francisco a Caserta, a sus comunidades pentecostales, y repetidas luego en varios encuentros más, donde sostiene que hay que aprender de ellos. Sabemos que el proselitismo no le gusta al Papa, que es lo único (efectivo y productivo) que los pentecostales realizan, siempre con un grado de agresividad a la Iglesia manifiesto. En lo que es doctrina, historia, moral, teología, a nadie escapa que la fe protestante es extraordinariamente inferior a la católica, por ser una reducción despreciativa de la misma. Y que me perdone el Papa, pero si pregunta cómo consideran al Sucesor de Pedro los pentecostales, lo mínimo que un protestante honrado le diría que el Papa es considerado el Anticristo. 

(continuará en otra entrada)

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