martes, 27 de enero de 2015

La fe católica frente a lo no-católico [1]

En las últimas semanas viene dándose un fenómeno peculiar, que consiste en que desde varios blogs y páginas relacionadas con la fe católica aparecen frecuentemente analizar la distinción que existe entre lo católico (doctrina, moral, liturgia) de todo aquello que, aún queriéndose mostrar como tal, directamente no es católico y se aleja mucho de lo sustancial, con una fachada confusa y tramposa.
Decía Chesterton que "un error es una verdad que se ha vuelto loca", y creo que detrás de muchas de esas posturas tiene razón el escritor inglés.
En la entrada anterior sostenía que estamos en una época peculiar, donde la doctrina, el culto y la autoridad en la Iglesia está siendo "revolucionada" en palabras de algunos, defendidas por otros y con un gran número de católicos de a pie que somos espectadores de tires y aflojes, de enroques, de contradicciones y de ciertas situaciones que confunden y ensombrecen el panorama eclesial.
La fe católica, fruto del encuentro entre Dios y el hombre, entre la gracia y el misterio y la razón, es clara, está expresada abiertamente (el Credo es un ejemplo) y tiene razones para ser comprendida y aceptada, con ayuda de la gracia, para sostener la verdad. Por eso, es que hay expresiones que se corresponden con la fe católica y otras que francamente no. Por ejemplo, si el Vaticano II sostiene que la fe de la Iglesia es la religión verdadera, decir lo contrario no es justamente verdadero, ni católico.
Pero estas cuestiones están en duda hoy. La búsqueda de novedades, el no dejar encerrada la verdad, el plantear hipótesis o nuevas respuestas a cuestiones ya aclaradas repetidas y fundadas veces a los mismos asuntos, parecen poner en duda la certeza que nos da la fe.

[ Si lo vemos desde el estudio de las Sagradas Escrituras, el método histórico crítico y la mitología han venido desde dos siglos poniendo en duda las certezas dadas en la Revelación de Dios, en cuya cumbre encontramos la Revelación completa y definitiva en Cristo. Esas "sospechas" sobre las Escrituras las vemos hoy patentes y actuando en muchos biblistas y exégetas "católicos" que ponen en duda la historicidad de los evangelios, a pesar de todas las intervenciones del Magisterio en los últimos siglos. El ejemplo mayor de esta falsedad bíblica la presenta "Jesús, Aproximación histórica" de José Pagola. No niega ningún dogma cristológico, pero sostiene que de los evangelios no se puede extraer ninguna certeza histórica concreta, porque los evangelios han sido creados y armados artificialmente por los seguidores de Jesús.]

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